lunes, 21 de noviembre de 2011

COAUTORA DEL LLIBRE "PAISATGES FORTIFICATS" de Editorial Bromera.










PAISATGES FORTIFICATS


La primera pregunta que nos viene a la mente cuando observamos desde lejos los restos de torres y fortalezas que jalonan nuestras costas, de castillos en las cumbres en frágil equilibrio con la roca, de ermitas fortificadas o ciudades amuralladas es ¿por qué se vivía en esta situación de miedo permanente? Tanto desde el mar como desde el interior, los castillos de montaña y las torres vigía en comunicación visual, forman parte del paisaje y, a lo largo de la historia, han velado por él.


Emili Beüt aseguraba que no había en tierras valencianas villa, pueblo ni lugar que no tuviese su castillo por pobre que éste fuese y el mismo Jaime I se asombra ante la gran cantidad de fortalezas y la imposibilidad de conquistarlas. “Mentres menjar haguessem” citará en su crónica y poco se podrá hacer mientras agua y comida tengan. El reino de Valencia ofrecía la mayor densidad de fortalezas de toda la zona oriental de Al Andalus y sorprende a los invasores lo inaccesible de su ubicación. La arquitectura militar comienza en tierras valencianas con la cultura del Bronce. Los romanos ya encuentran un país fortificado y los hisn o castillos musulmanes aferrados a los riscos comienzan a levantarse a partir del siglo VIII con la entrada de las tribus bereberes. Con la llegada de Jaime I muchos de ellos ya están en mal estado pero algunos se adaptan a las nuevas necesidades.
El castillo pasará a ser símbolo de poder feudal más que defensivo y los castillos de frontera se reforzarán a causa de los enfrentamientos con Castilla. El renacimiento hará de la guerra un arte y las ciudades costeras se dotarán de baluartes, murallas y torres almenadas. El avance del gran Turco y los saqueos de piratas berberiscos atemorizarán los pueblos del mediterráneo occidental donde el litoral valenciano es una larga frontera difícil de defender. El miedo se convierte en una sensación permanente.


Los castillos en ruinas son los lienzos de nuestra memoria colectiva, son como poemas épicos encumbrados en las rocas, refugios colectivos defendidos y construidos, por las comunidades campesinas. La historia de Valencia está escrita con el esfuerzo de gentes que tenían mucho que perder porque algo importante había en su poder: la libertad. Y fruto de ella, el trabajo en del bancal, el ganado, la casa donde dormir y los hijos que alimentar. En caso de peligro, todos subían a refugiarse en el albacar frente al embate feudal. Pueblos y alquerías dispersas eran fruto de la estructura musulmana donde el campesino era dueño de sus tierras. Aunque no todos los castillos se construyeron en la misma época, la mayor parte de ellos responden a la época almohade, a la caída de Al Andalus que exige una protección frente a las incursiones de los almorávides y posteriormente, a los efectos devastadores de las razzias del Cid y los reinos cristianos. Este libro es una invitación a conocer un paisaje que el hombre fortificó para hacerlo suyo, para seguir viviendo libre. Un viaje apasionante por la cultura de la defensa que no pretende investigar si no divulgar, acercar al ciudadano un patrimonio emplazado en lo más alto o golpeado por el mar, un patrimonio único y desconocido, que esconde las claves de nuestra historia como pueblo y como sociedad.


José Manuel Almerich






http://www.youtube.com/watch?v=MoGUr5OHevE


VIDEO PAISAGES FORTIFICATS


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